lunes, 18 de octubre de 2010

TAREA DE TÉCNICAS II

LA INFORMACIÓN DIGITAL Y EL HIPERTEXTO. COMENTARIO REFLEXIVO.
Eduardo Ruedas Bañuelos
Cuantas veces hemos escuchado u observado que, sobre todo las personas que tenemos más de 30 años, nos cuesta cierto temor utilizar las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para fines pedagógicos.
Esto no sólo porque implica mayor trabajo aparente: trasladarse a la sala de computo, instalar un cañón, realizar una presentación electrónica o una búsqueda en la red, entre otras cosas; sino también porque tenemos la creencia, infundada, de que fácilmente las TIC pueden sustituir nuestra actividad docente: organizar información, presentarla a los alumnos, proponer problemas, utilizar los libros y diccionarios como fuente de consulta científica “aceptada” por la comunidad académica, y mucho más.
Sin embargo, los más recientes avances en los modelos de desarrollo pedagógico, se han orientado en una parte sustantiva, a rescatar los procesos cognoscitivos que el individuo genera al construir aprendizajes. Por ejemplo, cuando leemos o vemos la televisión, estamos expuestos a una multiplicidad de información que registramos, discriminamos, organizamos y procesamos bajo múltiples referencias a nuestro conocimiento y experiencias personales previas.
Entonces, por qué espantarnos con el uso de las TIC cuando, en realidad, ellas sólo replican esa capacidad de procesamiento cognitivo. Es decir, la abundante información digital que nos ofrece, por ejemplo, el Internet, requiere un proceso de organización y tratamiento similar al que realizaríamos al leer un libro; y más aún, cada parte del libro que vamos leyendo, además de expresarnos el relato de la obra, nos remite permanentemente a recuerdos, saberes y momentos de nuestra historia personal; por lo que el libro opera también como un instrumento de multirreferencialidad, tal y como funciona un Hipertexto, que es un dispositivo de información digital que posee múltiples referencias a otras fuentes digitales.
¿Y no es también este el caso de los ensayos académicos, que se plantean la construcción de una idea personal a partir de lo que han escrito diversos autores en varias fuentes de información? ¿y no sucede algo similar cuando escuchamos una noticia en la radio mientras estamos estudiando, o cuando disfrutamos de una canción mientras manejamos el auto y conversamos con alguien que nos acompaña? ¿no son estas actividades cotidianas multirreferenciales como el Hipertexto?
Lo que quiero expresar es que, contrario a lo que se piensa, la información digital hipertextual no es una forma artificial de construir aprendizaje, sino, tal vez, sea una forma muy cercana al proceso cognoscitivo de construirlo. Tal vez por esa razón el mundo de la neurociencia se ha desarrollado a la par del desarrollo de la informática.
Si los docentes utilizáramos más los recursos electrónicos como el Internet y la hipertextualidad digital para generar procesos de aprendizaje, podríamos desarrollar de mejor manera las habilidades cognitivas en nuestros alumnos y, sobre todo, nos permitirá desarrollar en ellos una verdadera competencia en el manejo de la información a la que estaremos expuestos, eso parece, a partir de esta etapa del desarrollo de la humanidad.

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